lunes, 20 de octubre de 2008

A...

¿hasta donde puedo escupir tu nombre?
siendo mi propia desgracia que alimenta tu vida
(maldita bendita)
escucha el lejano río,
vísceras y sangre,
corren desnudas las ninfas,
pasean sus nalgas frente a los sátiros,
sentado con ellos; solo te observo,
muriendo... ahogado... en los brazos de Baco.


2008

2 comentarios:

EichSan dijo...
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Anónimo dijo...

No trato de ver más allá de lo que dices querido Dr.p, tu poesía y tu pintura no me hacen ver, me hacen sentir, transmites vibraciones que se quedan plasmadas con la tinta que no se ve, esa que nos dá la tinta única de la propia sangre, esa voz interna que nos inspira y que no todos podemos facilmente expresar :)
Mako